Tengo la firme convicción de la necesidad de formación del adulto para poder tener una mejor comprensión del mundo infantil.

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Les entendemos  desde nuestra perspectiva de adultos pero en ocasiones no es suficiente para poder tener un vínculo fuerte  que nos permita una verdadera comunicación. 

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Los mejores orientadores posibles para un niño son sus padres/tutores de referencia. Los talleres que ofrecemos funcionan como puentes de comunicación entre los niños y el adulto a través de la fantasía y el juego, el humor y el respeto, la disciplina firme y amable que son sin duda alguna, los mejores ingredientes para ejercer una educación que potencia la responsabilidad y la autonomía