Como padres,  deseamos siempre lo mejor para nuestros hijos; salud, bienestar económico, felicidad, autonomía, entre otros... Sin embargo, en ocasiones vemos que estos deseos no se están llevando a cabo encontrando problemáticas en el aprendizaje,depresión, ansiedad, problemas de conducta, dificultades en las relaciones sociales, adicciones o  problemas con la conducta alimentaria. 

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Algunas dificultades forman parte del crecimiento, de la misma evolución y camino hacia la madurez,  pero otras no lo son generando un malestar frecuente y doloroso tanto para el niño, adolescente como para su familia.

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Es necesario buscar ayuda profesional para evitar que estos problemas pasen a ser crónicos, alterando de manera considerable el equilibrio de la pareja, la familia y todos los entornos que le rodean.

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En un espacio, lúdico y con técnicas especializadas trabajaremos conjuntamente  familia, adolescente/niño y escuela para conseguir  identificar las oportunidades de cambio y así mejorar el  bienestar de todos.

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